Peter Camejo: un tercer candidato relevante
Al conocer a Peter Miguel Camejo --un hombre simpático y de modales amables-- uno jamás sospecharía que está frente a quien Ronald Reagan llamó "uno de los hombres más peligrosos de California".
Corrían los años 60, cuando el movimiento contra la guerra de Vietnam y pro derechos civiles estaba en su apogeo y Camejo era uno de sus líderes en su centro neurálgico: la Universidad de California en Berkeley.
Pocos meses antes de graduarse, fue expulsado de Berkeley por lo que llama "razones políticas". Casi 30 años después, en una mañana de octubre, Camejo, cuyo nombre está en la boleta electoral como candidato a gobernador por el Partido Verde, fue expulsado nuevamente, pero del edificio donde los principales candidatos a gobernador, Gray Davis y Bill Simon, sostenían su único debate de la temporada electoral.
Aunque Camejo había sido invitado por Simon al debate como parte del público, la campaña de Gray Davis se opuso a su presencia en el edificio. El incidente le generó al candidato "verde" una intensa cobertura periodística.
"No quieren que se le preste atención a Camejo", dijo la analista política Sherry Bebitch Jeffe, "porque sus posturas pueden quitarle votos a Davis, no a Simon".
El Partido Verde es uno de los llamados "terceros partidos" y Camejo sólo uno de varios "terceros candidatos" en la boleta de noviembre. Pero ha sido, con mucho, el más mencionado de ellos por los medios de comunicación, gracias a su activa campaña de hormiguita pequeña pero incansable, y al hecho de ser latino.
"Como cualquier buen candidato, Camejo toma ventaja de ser latino y de su capacidad de hablar español", dijo Antonio González, presidente del Instituto de Registro de Votantes del Suroeste. "Aprovechó además el descontento de los votantes con los otros candidatos para hacerse escuchar".
Durante las últimas semanas, su nombre ha aparecido prácticamente todos los días en los medios periodísticos, especialmente en español, donde su dominio del lenguaje -es el único candidato hispanoparlante- y sus posturas en favor de los inmigrantes le han ganado algunos adeptos.
Hace pocas semanas, estuvo en el programa de Gustavo Vargas "Chubidú" en radio KWKW La Mexicana y fue muy bien recibido por los oyentes. Cuando el gobernador Gray Davis vetó la ley de licencias de conducir para indocumentados, Camejo retornó al programa para criticar este hecho.
Poco después, Vargas condujo una elección informal entre sus radioescuchas y el senador se impuso fácilmente. "Entre los oyentes de KWKW, Camejo es muy conocido", afirma Vargas, quien también recibió en su programa al republicano Bill Simon, aunque no al gobernador Davis.
Sin embargo, Camejo no ha registrado más del 5% en las encuestas estatales, aunque en algunos condados del norte de California, donde vive y sus ideas progresistas son más populares, tiene más simpatizantes. Sus arcas de campaña no se comparan con las de sus contrincantes de los grandes partidos: poco más de 100 mil dólares, frente a más de 60 millones para Davis y unos 30 millones para Simon.
"No podemos hacer comerciales de televisión", comentó Camejo. "Pero vamos a hacer algo de [avisos en la] radio y estamos distribuyendo panfletos en zonas claves del estado.
No se puede descartar a Camejo como uno de los "extraños" que a veces pululan en la política como representantes de partidos pequeños. Para algunos analistas y observadores, ha introducido algo de substancia y color a una campaña que consideran aburrida y poco inspiradora.
"Es mucho más interesante que los dos candidatos principales", afirma Jeffe, quien es profesora de ciencias políticas en la Universidad del Sur de California (USC). "Es alguien muy articulado que ha debatido con Simon y ha incurrido en la ira de Davis, quien aparentemente le tuvo suficiente temor como para tomarlo en cuenta. Que diga cosas que tienen sentido ya es una ventaja. Algunos candidatos de los partidos principales no pueden hacerlo".
Las dos encuestas más prestigiosas del estado llevadas a cabo por los institutos Field y de Política Pública de California han encontrado que alrededor del 55% de los votantes está descontento con las opciones para la gubernatura. Aunque esto no significa que votarán por Camejo u otro tercer partido, se amplía la posibilidad de que al menos considerarán hacerlo.
Para Mark Di Camillo, director del Instituto Field, esta elección podría generar una alta votación para los terceros partidos, hasta un 11%, algo "históricamente alto, el triple que en 1998". En la más reciente encuesta del Los Angeles Times, Camejo recibió un 5% de la intención de voto a nivel estatal. Ninguno de los otros candidatos pequeños recibió más del 1%. En la Bahía de San Francisco el apoyo al mismo candidato sube a 11% y a 10% en los alrededores del Valle Central.
"El rol de los terceros partidos es hablar de los temas que nadie habla y mostrar que los dos candidatos principales no cumplen las necesidades de los californianos", afirmó el profesor Jaime Regalado, del Instituto de Politica Pat Brown. "Lástima que Camejo, a quien conozco bien y le tengo gran respeto, no sea tan reconocido como Ralph Nader (el ex candidato presidencial del Partido Verde).
¿Quién es Camejo?
Pedro Miguel Camejo nació en Nueva York de padres venezolanos, el 31 de diciembre de 1939. Sus abuelos maternos habían sido expulsados de Venezuela por oponerse a la dictadura de Juan Vicente Gómez.
Sus primeros siete años de vida transcurrieron en aquel país pero después del divorcio de sus padres, se estableció en Estados Unidos, aunque pasaba todos los veranos con su papá, un rico constructor de centros turísticos, en Venezuela.
"En Estados Unidos vi más igualdad y prosperidad, en Venezuela, mucha pobreza. Un día, subí a lo más alto de un edificio que mi papá construyó en Caraballeda [un lugar de la costa central venezolana]. Desde allí pude ver los ranchitos [chozas] en las montañas y decidí que iba a dedicar mi vida a ayudar a los pobres", afirma Camejo.
Así radicalizado, ingresó al movimiento socialista y a la lucha contra la guerra de Vietnam. En Berkeley, estudió matemáticas e historia antes de ser expulsado por hablar usando "un micrófono ilegal". Posteriormente siguió activando en causas diversas, desde ayuda a prisioneros políticos latinoamericanos hasta la organización de trabajadores de la costura. En 1976 lanzó su candidatura a presidente por el Partido Socialista de los Trabajadores (SWP) con una plataforma antibélica. En 1991, se unió al Partido Verde desde su fundación.
Mientras tanto, Camejo se convirtió en un talentoso corredor de bolsa para Meryl Lynch y Prudential, compañías que abandona luego para formar su propia firma (Progressive Asset Management), que maneja 1,000 millones de dólares en inversiones con una particularidad: sólo invierte en compañías que demuestran sensibilidad social.
En su campaña ha enfatizado el establecimiento de un "salario digno", la construcción de vivienda de bajo costo, licencias de manejar para los indocumentados y un programa de legalización para ellos, el subsidio a seguros de manejar, un seguro universal de salud, el financiamiento público de campañas políticas para evitar el control corporativo de los partidos y una moratoria a la pena de muerte, a la que se opone, tanto como a la ley de reincidencia (tres delitos y fuera).
Camejo aspira a formar una coalición de grupos que ahora no se sienten representados por los dos partidos principales y convertirse así en una fuerza política importante.
"Ninguno de los partidos representa los intereses de la gente común", afirma el candidato.
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